miércoles, abril 23, 2008

LA CRISIS DE LA AVARICIA


LA CRISIS DE LA AVARICIA
Lo tenemos que tener claro, que no nos engañen !!!:


- la crisis económica mundial está provocada por el deseo de los bancos norteamericanos de hacer más dinero, mucho más dinero, mucho más rápidamente.
- Las sociedades ricas están reaccionando mucho más rápidamente ante la crisis financiera que ante la alimentaria.
- ¿Realmente alguien pretende, de verdad, controlar la emigración?

El hambre tiene un rostro nuevo. La frase es de la directora del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, la norteamericana Josette Sheeran. El aumento del precio de los alimentos está incrementando el número de personas que pasan hambre en el mundo, algo que nadie podía imaginar a principios del siglo XXI, cuando, en teoría, los países más ricos se habían comprometido, precisamente, a alcanzar los llamados Objetivos del Milenio, y a cortar, de manera drástica, la penuria, el analfabetismo y la mortandad infantil en los países más pobres. Lo que está ocurriendo, al menos con respecto al hambre, es justamente lo contrario. Sheeran aseguró en una reciente entrevista que "las familias en países en desarrollo están pasando de hacer tres comidas al día a tan sólo una y están abandonando las dietas diversas para consumir alimentos básicos". La ONU, anunció, esta planteándose la posibilidad de reducir las raciones de ayuda o, incluso, el número de personas que reciben ese apoyo alimentario "si los donantes del programa no aportan rápidamente más dinero" para pagar esos alimentos repentinamente encarecidos.
Nada de ello ha despertado en las sociedades más desarrolladas ni la mitad de atención que la crisis financiera que les aqueja. De hecho, los gobiernos y las instituciones de Estados Unidos y de Europa han reaccionado de manera rapidísima para atajar las consecuencias de esa crisis económica, provocada, bien está recordarlo, por el deseo de los bancos norteamericanos de hacer más dinero, mucho más dinero, mucho más rápidamente.



Crisis Financiera 2007-2008


La historia es la siguiente:2001. Explosión de la burbuja Internet.La Reserva Federal de Estados Unidos baja en dos años el precio del dinero del 6.5 % al 1 %.Esto dopa un mercado que empezaba a despegar: el mercado inmobiliario.En 10 años, el precio real de las viviendas se multiplica por dos en Estados Unidos.Durante años, los tipos de interés vigentes en los mercados financieros internacionales han sido excepcionalmente bajos.Esto ha hecho que los Bancos hayan visto que el negocio se les hacía más pequeño:Daban préstamos a un bajo interésPagaban algo por los depósitos de los clientes (cero si el depósito está en cuenta corriente y, si además, cobran Comisión de Mantenimiento, pagaban “menos algo”)Pero, con todo, el Margen de Intermediación (“a” menos “b”) decrecíaA alguien, entonces, en América, se le ocurrió que los Bancos tenían que hacer dos cosas:Dar préstamos más arriesgados, por los que podrían cobrar más interesesCompensar el bajo Margen aumentando el número de operaciones (1000 x poco es más que 100 x poco)En cuanto a lo primero (créditos más arriesgados), decidieron:Ofrecer hipotecas a un tipo de clientes, los “ninja” (no income, no job, no assets; o sea, personas sin ingresos fijos, sin empleo fijo, sin propiedades)Cobrarles más intereses, porque había más riesgoAprovechar el boom inmobiliario.Además, llenos de entusiasmo, decidieron conceder créditos hipotecarios por un valor superior al valor de la casa que compraba el ninja, porque, con el citado boom inmobiliario, esa casa, en pocos meses, valdría más que la cantidad dada en préstamo.A este tipo de hipotecas, les llamaron “hipotecas subprime” Además, como la economía americana iba muy bien, el deudor hoy insolvente podría encontrar trabajo y pagar la deuda sin problemas.Este planteamiento fue bien durante algunos años. En esos años, los ninja iban pagando los plazos de la hipoteca y, además, como les habían dado más dinero del que valía su casa, se habían comprado un coche, habían hecho reformas en la casa y se habían ido de vacaciones con la familia. Todo ello, seguramente, a plazos, con el dinero de más que habían cobrado y, en algún caso, con lo que les pagaban en algún empleo o chapuza que habían conseguido.Comentario: creo que, hasta aquí, todo está muy claro y también está claro que cualquier persona con sentido común, aunque no sea un especialista financiero, puede pensar que, si algo falla, el batacazo puede ser importante.


(diversas fuentes, entre ellas la web del profesor Leopoldo Abadía, el artículo de Soledad Gallego-Díaz y mi sentido común)