domingo, abril 15, 2007


Rudyard Kipling escribió un poema que decía:

Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa; (…)
Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar el escuchar la verdad que has dicho:
tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas...
Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino después de que hayan perdido su fuerza,
excepto la voluntad que les dice: "¡Continuad!".
Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud
o caminar entre reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los 60 segundos,
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un hombre, hijo mío”.

2 comentarios:

Samadhi dijo...

... y que ninguna emoción aliente tu alma, pero sintiendo la vida fluyendo a través de ti...

Unknown dijo...

Yo conocía esta versión. Con tu permiso... If

" Si guardas la cabeza tranquila, cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan,
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.
Si engañado no engañas,
si no tienes mas odio que el odio que te tengan.
Si al hablar no exageras lo que sabes y quieres,
si sueñas y los sueños no te hacen su exclavo.
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano,
si tropiezas al triunfar, si llega tu derrota,
y a los dos impostores al que te alaba y al que te critica, los tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del orbe encanallado.
Si logras que tus nervios el corazón te asistan, aún después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada, porque tu lo deseas y lo quieres y mandas.
Si arriesgas tus ganancias a la suerte de un día, y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era,
si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz,
si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
Si nadie que te hiera llega a hacerte la herida,
si todos te reclaman y ni uno te precisa.
Si llenas el minuto inacabable y cierto, de sesenta segundos que te lleven al cielo.
Todo lo de esta tierra y mucho mas aún, será de tu dominio,
serás hombre hijo mío."